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Live at Pompeii - MCMLXXII

by José Madrid

2025-04-27


12 min reading time


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Pink Floyd at Pompeii - MCMLXII - remasterizada 4K

Pink Floyd Live at Pompeii – MCMLXXII, la innovadora película grabada en 1971 y estrenada en 1972 dirigida por Adrian Maben, regresa a los cines, remasterizada digitalmente en 4K, con audio mejorado a partir del metraje original de 35 mm.

El estreno en Madrid fue el 24 de abril. Por supuesto allí estuvimos y no nos defraudó. A pesar de haberla visto decenas de veces, Pink Floyd en Pompeii siempre es recomendable. Salimos encantados, la calidad de imagen es fantástica, la película tiene un sonido claro y más alto. Algunos instrumentos como batería, bajo y teclados suenan mejor. No hay saltos ni cortes todo fluye a la perfección.

La nueva versión, Live at Pompeii MCXLXXII, es una meticulosa restauración, que ofrece una calidad de imagen y sonido impresionantes. Las imágenes son más claras, y parecen tener más profundidad. En todo momento se respeta la autenticidad y el espíritu de la cinta original de 1971.

La nueva remasterización transforma esta obra atemporal en una obra maestra de imagen y sonido.

Al llegar a casa, se impone escribir unas líneas.

Pink Floyd en Pompeya

Pink Floyd en Pompeya

Pink Floyd en Pompeya: Un concierto sin público que hizo historia

Entre los días 4 y 7 de octubre de 1971, Pink Floyd grabó un concierto sin precedentes, sin público, en uno de los escenarios más insólitos y cargados de historia: el anfiteatro romano de Pompeya, sepultado durante siglos por la erupción del Vesubio en octubre del año 79.

El proyecto, que, inicialmente parecía imposible, se convirtió en una película de culto, Live at Pompeii, y en uno de los hitos más singulares de la música rock.

No hubo público presente, lo que convirtió al concierto en una experiencia puramente audiovisual.

La película se estrenó el 6 de septiembre de 1972, en Francia y a continuación se distribuyó de una manera más amplia a salas europeas. Posteriormente dio el salto a Estados Unidos.

No recuerdo cuando llegó a España, pero sí que, tan pronto lo hizo, fuimos a verla. Tampoco recuerdo donde la proyectaban. Sin estar seguro, diría que fue en el desaparecido cine-estudio Griffith, el primitivo, donde se proyectaban por primera vez películas en versión original. También en mi memoria creo que fue allí donde se proyectó Yessongs, la excelente película sobre el concierto de Yes, otra banda monumental.

La idea y el rodaje

La película del concierto, Pink Floyd: Live at Pompeii se originó en la cabeza del director francés Adrian Maben. Inicialmente, quería hacer un documental tradicional sobre la banda, pero en unas vacaciones, al visitar el anfiteatro, se le ocurrió la idea de grabar un concierto en ese lugar vacío, sin audiencia, dejando que la música interactuara con las ruinas. Pink Floyd, a quienes la experimentación con sonidos les resultaba apasionante, aceptó de inmediato.

Para la grabación, se utilizó una unidad móvil de 8 pistas, cámaras de 35 mm y equipos de última generación con el objetivo de hacer más efectiva la experiencia audiovisual.

Anfiteatro de Pompeya durante la grabación - Octubre 1.971

Anfiteatro de Pompeya durante la grabación - Octubre 1.971

El equipo técnico tuvo que enfrentarse a retos importantes:

  • Unas condiciones duras: el calor, el polvo volcánico amenazaban la grabación a cada momento.
  • Una logística complicada con enorme dificultad en mover equipos por una ciudad arqueológica.
  • No había suficiente potencia eléctrica. Fue necesario utilizar una línea dedicada conectada a una subestación eléctrica en las afueras de la ciudad.
  • Una repentina tormenta casi arruinó el equipo de sonido y la grabación fue, temporalmente, suspendida.
  • El personal de seguridad del sitio arqueológico se aseguraba diariamente que los cables, amplificadores y equipos de grabación, no dañaban las piedras milenarias de las ruinas

Live at Pompeii no fue un gran éxito de taquilla. Con los años se convirtió en una pieza esencial para entender el espíritu de Pink Floyd: ambicioso, introspectivo, ajeno a modas. Pink Floyd, criticados en ocasiones por la majestuosidad de sus espectáculos, demostraron, en 1971, que no necesitaban un estadio lleno ni grandiosos efectos especiales. Les bastaba un anfiteatro vacío y el tiempo detenido en las piedras para hacer historia.

En tiempos en que los conciertos se medían por decibelios y multitudes, Pink Floyd eligió el silencio de los siglos para grabar una pieza que alcanzaría la eternidad.

La película, Live at Pompeii es un acto de reverencia a la música de Pink Floyd

El anfiteatro romano de Pompeya no está preparado como un escenario moderno. No hay luces artificiales, no hay multitudes gritando. Solo hay cielo, polvo, piedra y cuatro enormes músicos, pequeños de tamaño en comparación con el enorme anfiteatro y su milenaria historia.

Icónica imagen Waters y el gong - Equipo Pink Floyd London

Icónica imagen Waters y el gong - Equipo Pink Floyd London

La cámara realiza movimientos lentos, ofreciendo vistas de los cuatro músicos, de sus equipos con esa marca de “Pink Floyd, London”. Planos desde una altura equivalente a la visual de una persona, como si fuéramos espectadores silenciosos.

En ocasiones, en imagen, aparecen los dedos de Wright sobre los teclados, Gilmour sudoroso con su guitarra Fender, un incansable Nick hace sonar la batería poniendo el ritmo correcto y Waters maneja el tempo con el bajo. Todo ello se funde con la inmensidad de las ruinas.

El color predominante es el de la tierra: tonos ocres, grises, azul profundo del cielo y verde sobre unas supuestas gradas Nada compite con el paisaje.

La música se apodera del espacio, pero no lo llena, lo acompaña.

Envuelto en una atmósfera creada por los teclados de Ruichard, cada nota de guitarra, cada golpe de batería, cada vibración del bajo parece surgir de las piedras mismas, como si la ciudad dormida de Pompeya respirara de nuevo. Echoes, en particular, mi canción favorita, no suena como una actuación para un público: suena como una conversación íntima entre los restos de un mundo perdido y los pensamientos de los músicos.

El silencio también importa, también es música

Cuando la música baja, no hay ruido de fondo. Solo viento, pájaros, el eco natural del anfiteatro. Eso refuerza la sensación de que el sonido de Pink Floyd no interrumpe el paisaje: es parte de él. El anfiteatro no es un escenario pasivo: parece reaccionar, devolver las notas en forma de ecos reales, como si Pompeya participara en la música y agradeciera el espectáculo.

El resultado es que escenario y música no están separados: se mezclan uno en el otro.

La piedra es parte del ritmo, el cielo azul es parte de la melodía, el polvo suspendido en el aire es parte del sonido. No parece un concierto grabado, es un diálogo entre músicos y las huellas del tiempo reflejadas en las ruinas de Pompeya, en su anfiteatro.

Pink Floyd en en anfiteatro de Pompeya

Pink Floyd en en anfiteatro de Pompeya

Las imágenes de la banda se mezclan de maravilla con los restos arqueológicos de Pompeya. Se crea una atmósfera especial.

  • Pink Floyd, en esa época, creaba música que hablaba del tiempo, de la muerte (en esa época se estaban componiendo algunas de las canciones que posteriormente formarían parte de The Dark Side Of The Moon). Ver a sus cuatro miembros tocando en un lugar rodeados de ruinas de una civilización extinguida potenciaba los efectos de la música.
  • La combinación del sonido con espacios vacíos, columnas en el suelo, piedras rotas y el polvo de Pompeya crea un efecto casi hipnótico. Esto es muy evidente en Echoes
  • El contraste entre la juventud de los músicos y la antigüedad de las ruinas da como resultado algunas potentes imágenes que hoy son historia de la música, no son simplemente bonitas, son emocionalmente hipnóticas.
  • Otros grupos de la época grababan conciertos multitudinarios, video clips para la TV, Pink Floyd toca en una anfiteatro vacío, sin público, un espaldarazo a su concepción como banda experimental, misteriosa, sinfónica y profesional.

Esa combinación de música con imágenes de ruinas, restos arqueológicos y espacios vacíos no es casualidad. El director lo utiliza para reforzar el mensaje artístico de la banda. Hoy, después de casi 54 años, la película sigue teniendo un potente mensaje.

Imágenes de mosaicos en las ruinas de Pompeya

Imágenes de mosaicos en las ruinas de Pompeya

Los cuatro miembros de Pink Floyd

En ese momento, Pink Floyd estaba compuesto por David Gilmour, Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason. Estaban, quizás, en uno de los mejores momentos de actividad conjunta como grupo.

En Live at Pompeii se les ve colaborativos trabajando juntos, concentrados en el trabajo y felices de la experiencia que estaban protagonizando. Ensayaban durante todo el día, comían juntos y dormían en un hotel cercano de Nápoles.

Con posterioridad, el excesivo y creciente liderazgo de Waters desató tensiones que rompieron la banda.

Richard Wright - Nick Mason - David Gilmour - Roger Waters

Richard Wright - Nick Mason - David Gilmour - Roger Waters

La música

Pink Floyd tocó un repertorio que reflejaba el momento creativo de la banda. Algunas pertenecían a su disco más reciente en ese momento, Meddle (como “Echoes”), y otras eran temas ya clásicos del repertorio más psicodélico de su etapa post-Syd Barrett, como “Set the Controls for the Heart of the Sun” y “A Saucerful of Secrets”.

La grabación completa incluía las siguientes canciones

1.    Pompeii

2.    Echoes (part 1)

3.    Careful with that axe, Eugene

4.    A saucerful of secrets

5.    One of these days

6.    Set the controls for the heart of the sun

7.    Mademoiselle nobs

8.    Echoes (part 2)

Aproximadamente una hora de música. La película original incluye exclusivamente el concierto, no hay cortes, no hay comentarios ni voces en off, tampoco entrevistas ni escenas de estudio. La película se centra exclusivamente en la música y la atmósfera del lugar.

Siempre tuve unas escenas favoritas, la interpretación de Echoes me parece espectacular. 26 impresionantes minutos recogidos magistralmente por el director.

Las escenas de “Echoes” tocadas con el anfiteatro vacío, el cielo azul intenso, los travellings y planos lentos de las ruinas son, en mi opinión, de las secuencias más icónicas del cine musical.

Echoes

Esta canción requiere una análisis independiente. Separada en dos partes por su longitud abre y cierra el concierto. En mi opinión, "Echoes" es el corazón de Live at Pompeii.

La interpretación comienza con el sonido de “ping” del órgano Farfisa de Richard, se muestra el anfiteatro vacío, es como si algo estuviera naciendo. A continuación, aparecen los músicos lejanos, pequeñitos, y la música comienza a fluir. Por momentos, aparecen figuras y mosaicos arqueológicos, figuras rotas, espacios vacíos. Es el paso del tiempo, el inevitable declive.

A continuación, la batería de Nick y la guitarra de David cobran el protagonismo y todo parece explotar para, momentos después recibir de nuevo al silencio y terminar igual que empezó. Suena otro “ping” como si fuera un “Eco”.

¿Por qué es tan emotivo? Porque no te lo explican. No hay narrador. No hay voz en off. Solo la música y las imágenes, confiando en que lo sientas y lo interpretes. Cada uno a su manera.

Echoes conecta perfectamente con las imágenes y atmósfera de la grabación. Pompeya es el símbolo perfecto de un mundo congelado, como el fondo marino que describe la letra de la canción. Los músicos tocan solos, sin público, entre ruinas son esos seres aislados que buscan conexión. La mezcla de restos arqueológicos y música no es decorativa: es la puesta en escena visual del mensaje de Echoes. Todo muere, todo se transforma, pero los ecos persisten.

Por cierto, atención a la versión que, de “Echoes”, hace David Gilmour con Richard Wright en 2006, durante la gira del Living on an Island. (con Phil Manzanera acompañando en las guitarras). Creo que es la última vez que Richard tocó la canción en directo. Una interpretación magistral de 25 minutos con equipos de sonido más modernos que hacen de la escucha una experiencia increíble.

Versiones de la película

A lo largo del tiempo, la película Live at Pompeii ha evolucionado y con el estreno en abril de 2025 de Live at Pompeii MCMLXXII son cinco las versiones que tengo “controladas”.

  • 1972: La versión original se centra exclusivamente en la actuación en el anfiteatro romano de Pompeya, sin público, capturando la esencia pura del concierto. 60 minutos.
  • 1974: La versión extendida proporciona una visión más profunda del proceso creativo de la banda, mostrando escenas en los estudios Abbey Road durante la grabación de The Dark Side of the Moon. 80 minutos.
  • 2002: El Director's Cut introduce elementos visuales generados por computadora (CGI), como imágenes del espacio y lava, ofreciendo una experiencia más moderna. Esta versión dividió a los fanáticos de la banda. Me gusta poco. Hay efectos que sobran. 92 minutos.
  • 2016: La remasterización incluida en el box set The Early Years presenta una calidad de audio mejorada y elimina los efectos digitales buscando preservar la autenticidad del material original.
  • 2025: La versión MCMLXXII representa la restauración más completa hasta la fecha, con imagen en 4K, sonido en Dolby Atmos y algún material adicional inédito, (partes de Wright trabajando con sintetizadores y conversaciones entre Waters y Mason). También hay alguna imagen inédita de Pompeya que fue descartada originalmente, planos de ruinas, piedras y cielo no utilizados. 90 minutos.

2025 - Pink Floyd: Live at Pompeii MCMLXII en 4K - ¿Qué aporta realmente esta nueva versión 2025?

Esta nueva edición, llamada Pink Floyd at Pompeii – MCMLXXII, no es un simple “remezclado” ni una reedición cualquiera. Es, hasta ahora, como se ha comentado, la restauración más completa y respetuosa que se ha hecho del proyecto.

Una vez rescatados los archivos originales en 35mm se ha corregido, escaneado y limpiado cada fotograma. La nueva versión respeta la estética de la película original, mejora la calidad técnica y permite ver y escuchar el concierto como nunca se había podido.

Todas las versiones son excelentes porque el concierto en sí, lo es. La esencia pura del concierto está en la película original de 1.972. Para ver sesiones de grabación en los estudios Abbey Road escuchando como se estaba gestando The Dark Side Of The Moon la versión extendida es la mejor. Yo, me quedo con la nueva de 2025 que, manteniendo el espíritu original, tiene una calidad de video y audio superior a las anteriores.

Live at Pompeii - MCMLXXII es una gran noticia. A disfrutarla.

Música y Cine

Comments

José

5 days ago

Magnífica remasterización con total respeto a al original y con imágenes y sonido nunca vistos ni oídos con esta calidad. Un regalo para los amantes de Pink Floyd.

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